A nadie le extrañaba verlo así, casi todos sabían a la perfección lo que representaba un viaje hacia la tierra de los piel rosada, el retorno casi siempre era similar, ropa andrajosa, caras en pena, espíritus desgastados, lagrimas desperdiciadas y sentimientos mal sanos. sin embargo esta vez no parecía ser igual a las anteriores, había algo distinto, las lagrimas parecieron quedarse en la tierra de los seres rosados, los ojos aunque ensombrecidos estaban totalmente y sin asomo de hinchazón por el llanto, ilesos y curiosamente llenos de preocupación, definitivamente era algo novedoso.
Al pasar por los corredores los sirvientes lo miraban con respeto y con curiosidad, si bien el era el rey del castillo nunca lograba entender que los piel rosada eran seres con mentes mal sanas y afines a la corrupción de cualquier mal, siempre le pasaba igual, y sus sirvientes siempre estaba ahí para ayudarlo a levantarse para hacerle ver la comodidad que le brindaba el castillo que el mismo había construido para evitar que los forasteros lo perturben o que los piel rosada intenten arrebatar aquello que era su bien mas preciado.
Pero esta vez era distinto, esta vez no se dirigía al trono de hielo que era su refugio de siempre, esta vez exigía ver al consejero real, el cerebro de todo el castillo, esta vez se sentia temeroso y preocupado, definitivamente esta vez era distinto.
-Consejero, consejero ven acá de inmediato- gritaba el rey.
-Veo que has vuelto, y como de costumbre en ese estado tan deploraba - hablo el consejero- que te trae por aquí, espera déjame adivinar, otro piel rosada que según tu era distinto.
-Este si parecía serlo en verdad tenia una esencia distinta, se la veía clara a través de su piel-
Cuantas veces escuchare lo mismo y cuantas veces volverás igual de deshecho, es que acaso no te cansas de tanto sufrimiento que esos piel rosada te producen, es que acaso no has entendido que todos tienen esa sangre pestilente que los convierte en la ponzoña del mundo en el que viven - recito el consejero como si fuera un dialogo aprendido de memoria - no existe ninguno que tenga algo de bueno, todos son nacidos de la misma Eva y todos son engendros del mismo Adán, corruptos, morbosos, egoístas, o es que vas a decirme que este era distinto.
-Bueno yo, pensé que si en verdad. Créeme jamas había sentido tanto calor cuando alguien apretaba la mano como este, tan solo verlo y de inmediato un sonrisa se dibujaba en mi rostro y hacia que me exalte y me llene de alegría - enfatizo el rey- y sus caricias eran como plumas haciéndole cosquillas a mi alma, sus besos eran como cielos llenos de estrellas fugaces vagando y dibujando siluetas en el espacio.
-Patrañas, siempre son iguales siempre regalando caricias no porque quieran que alguien sea acariciado sino porque ellos acariciar, regalando besos no para que alguien los reciba sino porque ellos quieren besar, o es que crees que no es así - argumentaba el consejero - entiende son seres inconscientes y egoístas si hacen algo lo hacen para su satisfacción propia no para hacerte un bien ni mucho menos. mejor no me dejes seguir pensando en esas bestias y dime que te trajo a mi con tanta urgencia.
-Es esto, míralo esta extraño ya no hace lo mismo que antes cuando lo saque de la camara, es como si se le hubiese acabado la batería o algo por el estilo, ya no parece responder a mis juegos ni nada.
-A ver déjame revisarlo tal vez solo este un poco golpeado y por eso este así.
El consejero tomo el objeto de las manos del rey y lo llevo hasta su mesa, ahí lo examino por largo rato sin poder definir que le había sucedido. Al cabo de unos minutos su rostro se empezó a des configurar y paso de una rostro meditabundo a uno lleno de furia y se levanto con vehemencia para dirigirse al rey.
-Dime que has hecho con el?.
- Nada yo solo lo use como se debe sin golpearlo ni mal tratarlo, siempre con el mismo cuidado que me has recomendado.
-No me tomes por ingenuo que no lo soy, dime la verdad, se lo diste al piel rosada o no?.
-Bueno si se lo di, por un tiempo pero es que el parecía quererlo de verdad y lo cuidaba mucho de todo, en verdad no pensé que el...-
-Porque no entiendes que ellos son así les encanta tomarlos y usarlos un tiempo hasta que se cansan y los echan a perder como si estos no importasen nada.
-Te prometo que el parecía distinto sus palabras me envolvieron y yo...-
-El tesoro mas preciado del reino, el objeto que siempre cuide de que nadie se acerque, la razón para construir este maldito castillo de hielo a tu alrededor y privarnos de todo sentimiento estúpido y tu le haces esto.
-Pero entiéndeme yo solo quería saber que se sentía el ser...-
-No el que debe entender esto eres tu, ESTA ROTO entiendes ROTO. Has dejado que ese impuro rompa tu corazón.
El consejero abandono la sala justo antes de que el rey se vuelva a congelar en su trono.
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